Siempre se ha dicho que el dinero no da la felicidad (y siempre ha habido quien lo ha puesto en duda). Ahora, un nuevo estudio confirma que si lo utilizamos para cocinar, limpiar o librarnos de cualquier tarea que nos resulte ingrata, repercute en nuestra felicidad. Seamos ricos o pobres.

He aquĂ un estudio que puede ayudarnos a sentirnos menos culpables a la hora de gastar dinero para ahorrar tiempo, y por ejemplo, encargar a alguien la limpieza de la casa. No es un derroche, es por nuestra felicidad, o al menos eso es lo que indica la investigaciĂłn de la Escuela de Negocios de Harvard, publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences con datos de más de 6.000 personas de cuatro paĂses. El resumen es este: las personas que emplean su dinero para conseguir más tiempo libre, en lugar de bienes materiales (que nos suelen decepcionar) se declaran más felices. Y esto es válido sea cual sea el nivel de ingresos, algo que sorprendiĂł a los propios investigadores, que esperaban que la estrategia solo funcionase en personas con un alto nivel de ingresos disponibles.
“Si hay una tarea que odias hacer y este es uno de los momentos más miserables de tu semana, pregĂşntate si puedes permitirte pagar a alguien. Si la respuesta es sĂ, aunque sea una pizca indulgente, probablemente es un buen uso del dinero”, señala Elizabeth Dunn, la profesora de psicologĂa en la Universidad de British Columbia y coautora del estudio. “A menudo escuchamos sobre el papel de la afluencia financiera en el bienestar, pero resulta que la disponer de tiempo es muy importante para comprender el bienestar”.
Mejor gastar el dinero en experiencias que en objetos
Hay maneras de gastar que incrementan el bienestar, y otras que nos lo quitan. Emplear el dinero en una experiencia (como un concierto, un taller de cocina o un viaje) trae más felicidad que invertirlo en objetos, según confirmó un grupo de investigadores en la publicación Psychological Science en un estudio provocativamente titulado “Si el dinero no te hace feliz, probablemente no lo estás empleando bien”.
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¿Por qué aportan más felicidad las experiencias que las cosas? Esperar para tener una experiencia aporta mayor felicidad que anticipar un bien material porque, entre otras cosas, podemos imaginar todo tipo de posibilidades sobre lo que nos espera (cosa que no sucede con un bien material: un vestido ya sabemos lo que es, aunque sea de marca).
Otras recomendaciones para sacar más partido a nuestro dinero extraĂdas de ese mismo estudio son:
- Produce más felicidad gastarse dinero en otras personas en lugar de en uno mismo (esto quiere decir que, si vas a comprar un reloj caro, mejor regalárselo a tu hermano).
- Es más satisfactorio adquirir muchas pequeñas cosas que una grande.
- Es mejor planear la experiencia con tiempo de antelación, para convertirla en más valiosa.
- No hay que comprar de forma impulsiva ya que la anticipaciĂłn –factor importante, como acabamos de ver– se verĂa invalidada.
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A veces la lĂnea que separa las experiencias de las cosas es muy delgada. Es el caso, por ejemplo, de una raqueta de tenis, un objeto material que abre el paso a experiencias. Esto nos da una clave importante: “Las personas más felices son aquellas que tienen más capacidad para extraer experiencias de todo en lo que invierten su dinero, ya sea una guitarra, un billete de aviĂłn, un traje o unas zapatillas de atletismo”, escribe en su libro Los mitos de la felicidad la profesora de psicologĂa de la Universidad de California Sonja Lyubomirsky.
A todo esto hay que añadir algo importante: muchas (seguramente la mayorĂa) de las experiencias más gratificantes en la vida, como pasear por la playa, oler a tu bebĂ© o reĂrse con los amigos son gratis.
ÂżLa culpa la tienen los genes?
Solo en parte. “En las escalas sobre los factores que explican el bienestar, lo material ocupa poco”, explica Carmelo Vázquez, profesor de psicopatologĂa y uno de los máximos exponentes de la psicologĂa positiva en español. La tarta se reparte asĂ: el 40 o 50 por ciento es inmodificable, lo explican los genes. Otro 30 o 40 por ciento depende de las intenciones, de lo que queramos o podamos hacer con nuestra vida. El 10 o 15 por ciento restante responde a variables econĂłmicas, al estado civil, etc… Esto significa que una parte muy importante de nuestro bienestar depende de lo que queramos hacer con nuestras vidas.